No deja de sorprenderme el atronador silencio que acompaña siempre a una nevada. Me siento un privilegiado cuando paseo temprano por los jardines desiertos de mi ciudad, justo cuando acaban de caer los últimos copos. Me preguntó por qué la ciudad tarda en despertarse estos días. Los transeúntes caminan en silencio por las calles, y – Ver más –
