Una tempestad de nieve sobre el centro de la ciudad puede ser un magnífico regalo para un fotógrafo. No lo desaproveches. La nieve ha conseguido que estas dos mujeres vestidas de segovianas se presentan ante la cámara de formar singular, rara, enigmática. Me parece una imagen sacada de otros tiempos. Los días fríos y desapacibles siempre deparan sorpresas a la cámara.