Las estacas de madera conducían hacia la Catedral de Santa María. Aquel vallado recordaba el camino iluminado de losas amarillas que llevaba a la Ciudad Esmeralda, en El Mago de Oz. La comparación no es tan descabellada: Segovia es, al fin y al cabo, una ciudad mágica donde, con un poco de imaginación, puedes sentirte el protagonista del más hermoso de los cuentos.

22 junio, 2015