Es la lenta agonía del otoño. Ahora en noviembre, la luz del sol se desvanece demasiado pronto. Es el ritual de cada tarde: la oscuridad llega lentamente, en silencio, y antes de que se apodere del Campus de Santa Cruz la Real, una nueva luz artificial, cálida y hermosa, se abre paso. Los pasillos y los muros del viejo edificio cambian de color. Los estudiantes de la biblioteca parecen estar ajenos a esta transición serena. Y es que los días son cada vez más cortos. No es más que el anuncio de que un nuevo invierno empieza ya a asomarse.

28 noviembre, 2017